Viajar nos encanta. Parte de los viajes es la oportunidad de descubrir nuevos sabores, ingredientes, formas de cocinar… impregnarte del arte culinario de los distintos lugares.
Hoy nos trasladamos a Navarra, concretamente a Pamplona. En sus calles se entremezclan peregrinos recorriendo el camino de Santiago, murallas, zonas verdes, historia…
Nos acercamos a la oficina de turismo para saber qué visitar, y antes de irnos le preguntamos al chico a cargo si había algún restaurante vegetariano para comer. Nos habló de tres sitios: el restaurante Sarasate, el Baratza Kafea y una herriko taberna con menú vegetariano.
Nuestra elección fue el restaurante Baratza Kafea: macrobiótico,vegano y ecológico. Suena bien, ¿no?. Este restaurante abrió sus puertas hace un año.
Está situado en la travesía Bernardino Tirapu, 5-7. Teléfono 948 046625.
Los días de diario puedes tomar un menú completo por 14,50 euros, que incluye sopa, plato combinado, bebida, postre e infusión. También tienes la opción de combinar sopa y plato principal por 12,90 euros o plato principal y postre por 13,40 euros.
Nosotros nos atrevimos con el menú completo. Había dos sopas a elegir: crema de calabaza o sopa de cebada. Pedimos una de cada.
Las dos sopas estaban exquisitas: con una textura suave y un sabor que aún recuerdo.
A continuación tomamos el plato principal. El mio constaba de brocheta de seitán y verduritas, puré de mijo, wok de algas, chucrut de lombarda y ensalada.

Este tipo de platos completos me encantan: un poco de ensalada, proteína vegetal, cereal, algas y un fermento.
Iván tomó la otra opción: garbanzos estofados, arroz con verduras, ensalada, wok de algas y chucrut.

Además de crear platos atractivos para la vista, hay que hacerlos equilibrados y nutritivos. Este es un buen ejemplo.
Las raciones eran generosas, pero aún nos quedaba un hueco para el postre: gelatina de agar-agar con fresas, y un crujiente de higos.
Finalmente nos ofrecieron una infusión que nos sentó genial.
El local es bastante amplio, sencillo y muy luminoso.
El servicio fue muy atento y amable. Por sacarle un pero: no tienen trona. Lo vuelvo a decir: no entiendo que en un restaurante no tengan una trona, quiero que mi hijo pueda comer sentado con nosotros en la mesa. Me parece algo normal y natural.
Creo que acertamos eligiendo este restaurante para comer, nos encantó la comida y la unión de comida macrobiótica-vegana-ecológica.
¿Conocías este restaurante?. ¿Qué te han parecido los platos que tomamos?.
Nos encanta escucharte. ¡Los comentarios son bienvenidos!.