Hoy vuelvo a sentarme frente al ordenador. He estado bastante tiempo desaparecida, como yo digo, metida en mi cueva.
Pero era lo que me pedía el cuerpo, y lo he escuchado. Estoy feliz de contaros que Iván y yo vamos a ser padres. En Agosto daremos la bienvenida a nuestro primer hijo/a.
He pasado unos meses de total introspección, disfrutando de la maravillosa noticia de convertirnos en padres, de manera muy íntima. Nada hacía adivinar que una nueva vida se gestaba en mi vientre, nos sentíamos cómplices disfrutando esos primeros momentos como pareja, camino de convertirse en familia.
Las primeras semanas he estado fusionándome con mi bebé,creando nuestro vínculo, un tanto ermitaña. No me apetecía ver a nadie. Estaba centrada en mi misma, sin exponerme al exterior. Opiniones, consejos ajenos…. no gracias.
Pero todo proceso tiene sus momentos y ha llegado el de abrirme. Compartir nuestra felicidad con el mundo.
Ya estoy a punto de empezar el segundo trimestre y las cosas se van reubicando. Este tiempo me he sentido cansada, me dormía por los rincones, sintiendo crecer mis pechos, desdibujarse la cintura, con algunas naúseas que desaparecieron gracias al sabio consejo de mi ginecólogo: dormir, dormir y dormir.
Así que el poco tiempo libre que tengo lo he dedicado a descansar, dormir, leer, disfrutar de los mimos de mis gatas, de Iván, soñar, sumergirme en la maternidad…
Unido al embarazo, nos hemos mudado de casa, lo cual me ha removido bastante, y aún estamos haciendo el nido.
Tengo la inmensa fortuna de contar con mi tribu de Doulas. El año pasado comencé a formarme como Doula: mujer que acompaña a mujer, a la familia en el proceso de la maternidad, durante la preconcepción, embarazo, parto y postparto. Es un apoyo emocional que pretende devolver a la mujer su poder. Y no hay nada más poderoso que una mujer gestando. Es una Diosa.
Esta experiencia me está permitiendo vivir mi embarazo de manera tranquila, confiada, consciente, madura. Tomando mis propias decisiones sobre lo que quiero y lo que no, evitando caer en la inercia médica que suele considerar a la embarazada una pobre enferma. El embarazo es el momento de mayor plenitud de la mujer.
Y en este punto me encuentro… descubriendo una nueva Estela, mujer-hija-nieta-hermana-madre…
Nos encanta escucharte. ¡Los comentarios son bienvenidos!.